Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Samuel 13, 17-31

17 Llamó al criado que le servía y le dijo: «Échame a ésta fuera y
cierra la puerta tras ella.»

18 (Vestía ella una túnica con mangas, porque así vestían antes las
hijas del rey que eran vírgenes). Su criado la hizo salir fuera y
cerró la
puerta tras ella.

19 Tamar puso ceniza sobre su cabeza, rasgó la túnica de mangas que
llevaba, puso sus manos sobre la cabeza y se iba gritando mientras
caminaba.

20 Su hermano Absalón le dijo: «¿Es que tu hermano Amnón ha
estado contigo? Ahora calla, hermana mía; es tu hermano. No te preocupes
de este asunto.» Y Tamar quedó desolada en casa de su hermano Absalón.

21 Cuando el rey David supo todas estas cosas se irritó en extremo,
pero no quiso castigar a su hijo Amnón, al que amaba porque era su
primogénito.

22 Absalón no dijo a Amnón ni una palabra, ni buena ni mala, pues
odiaba Absalón a Amnón porque había humillado a su hermana Tamar.

23 Dos años después, estaban los esquiladores con Absalón
esquilando en Baal Jasor, junto a Efraím, y Absalón invitó a todos los hijos
del rey.


24 Se presentó Absalón al rey y le dijo: «Ya que estoy de esquileo,
que vengan, por favor, conmigo el rey y sus servidores.»

25 El rey dijo a Absalón: «No, hijo mío, no podemos ir todos para no
serte gravosos.» Insistió, pero el rey no quiso ir y le dio su bendición.

26 Absalón le dijo: «Que venga, por favor, con nosotros mi hermano
Amnón.» Respondió el rey: «¿Para qué ha de ir contigo?»

27 Pero Absalón le insistió y dejó que fueran con él Amnón y todos
los hijos del rey. Absalón mandó preparar un convite regio.

28 Y ordenó a sus criados: «Estad atentos: cuando el corazón de
Amnón esté alegre por el vino y yo os diga: “Herid a Amnón”, le mataréis.
No tengáis temor, porque os lo mando yo. Cobrad ánimo y sed valerosos.»

29 Los criados de Absalón hicieron con Amnón lo que Absalón les
había mandado. Entonces todos los hijos del rey se levantaron y montando
cada cual en su mulo huyeron.

30 Estando ellos en camino llegó a David el rumor de que Absalón
había matado a todos los hijos del rey y que no había quedado ni uno solo
de ellos.

31 Se levantó el rey, rasgó sus vestidos y se echó en tierra; todos los
servidores que estaban a su lado rasgaron también, sus vestidos.